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Cirugía ginecológica da Vinci

Cáncer uterino y tratamiento

Se utiliza terapia, quimioterapia e histerectomía para tratar el cáncer de cuello uterino.

Cáncer uterino

Cuando una mujer enfrenta una afección médica que afecta el útero, órgano muscular hueco que sostiene y alimenta un ovario fertilizado, el impacto emocional, a menudo, puede ser tan desafiante como el impacto físico.

Estas afecciones incluyen, entre otros, cáncer uterino y del cuello uterino como cáncer de endometrio, fibromas uterinos, prolapso uterino, hemorragia excesiva y endometriosis.

Las opciones de tratamiento son tan variadas como las afecciones, y dependen de las circunstancias individuales. La edad, la historia clínica, los antecedentes quirúrgicos y el diagnóstico (benigno o canceroso) de una mujer, todo se toma en consideración para el curso de acción recomendado.

Para el cáncer de endometrio, también conocido como cáncer uterino y más común entre mujeres después de la menopausia, las opciones de tratamiento estándares incluyen terapia hormonal, radioterapia, quimioterapia e histerectomía (extirpación quirúrgica del útero).

Tres de estas opciones (radioterapia, quimioterapia e histerectomía) también se utilizan para tratar el cáncer de cuello uterino.

Histerectomía

Los médicos realizan la histerectomía (extirpación quirúrgica del útero) para tratar una amplia variedad de afecciones del útero. Cada año solo en los Estados Unidos, los médicos realizan aproximadamente 600,000 histerectomías, lo que hace que sea el segundo procedimiento quirúrgico más común.

Existen varios tipos de histerectomía que se realizan según el diagnóstico de la paciente:

  • Histerectomía supracervical: se extirpa el útero, y se deja el cuello uterino intacto.
  • Histerectomía total: se extirpan el útero y el cuello uterino.
  • Histerectomía radical o histerectomía radical modificada: cirugía más amplia para el cáncer ginecológico que incluye la extirpación del útero y el cuello uterino, y es posible que se extirpe parte de la vagina, trompas de Falopio, ovarios y ganglios linfáticos para poder determinar cuánto se ha diseminado el cáncer.

Métodos para la histerectomía

Los cirujanos realizan la mayoría de las histerectomías mediante un método “abierto”, a través de una extensa incisión abdominal.

Un método abierto para el procedimiento de la histerectomía requiere una incisión de unas 6 a 12 pulgadas. Cuando existe cáncer, el tratamiento convencional siempre ha sido la cirugía abierta mediante una extensa incisión abdominal, para observar y, en caso de ser necesario, extirpar las estructuras relacionadas como el cuello uterino o los ovarios.

Un segundo método para realizar la histerectomía, histerectomía vaginal, implica la extirpación del útero a través de la vagina, sin ninguna incisión externa ni cicatriz posterior. Los cirujanos más a menudo usan este método mínimamente invasivo si la afección de la paciente es benigna (no cancerosa), cuando el útero tiene un tamaño normal y la afección está limitada al útero. 

En la histerectomía laparoscópica, el útero se extrae vaginalmente o a través de pequeñas incisiones hechas en el abdomen.

El cirujano puede observar la anatomía objetivo en un monitor de video 2D estándar gracias a una cámara en miniatura, que se inserta en el abdomen a través de pequeñas incisiones. 

Un método laparoscópico ofrece a los cirujanos una mejor visualización de las estructuras afectadas que la histerectomía abdominal o la vaginal solas.

Si bien las histerectomías vaginales y laparoscópicas mínimamente invasivas ofrecen posibles ventajas obvias para las pacientes respecto de la histerectomía abdominal abierta (incluidos un riesgo reducido de complicaciones, una hospitalización más breve y una recuperación más rápida), existen desventajas inherentes. Con la histerectomía vaginal, los cirujanos se enfrentan a un espacio de trabajo reducido y no pueden ver los órganos pélvicos.

Afecciones adicionales pueden hacer que el método vaginal se dificulte, cuando la paciente tiene:

  • El arco del pubis angosto (área entre los huesos de la cadera donde estos se unen)
  • Adherencias densas debido a una cirugía pélvica anterior, como la cesárea
  • Endometriosis grave
  • Cáncer no localizado (cáncer fuera del útero) que requiere una extirpación de más cantidad de tejido, incluidos los ganglios linfáticos

Con la histerectomía laparoscópica, los cirujanos pueden estar limitados respecto de su destreza y por la visualización en 2D, lo que posiblemente reduce la precisión y el control del cirujano en comparación con la cirugía abdominal tradicional.

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