Cirugía ginecológica da Vinci
Se utiliza terapia, quimioterapia e histerectomía para tratar el cáncer de cuello uterino.
Cuando una mujer enfrenta una afección médica que afecta el útero, órgano muscular hueco que sostiene y alimenta un ovario fertilizado, el impacto emocional, a menudo, puede ser tan desafiante como el impacto físico.
Estas afecciones incluyen, entre otros, cáncer uterino y del cuello uterino como cáncer de endometrio, fibromas uterinos, prolapso uterino, hemorragia excesiva y endometriosis.
Las opciones de tratamiento son tan variadas como las afecciones, y dependen de las circunstancias individuales. La edad, la historia clínica, los antecedentes quirúrgicos y el diagnóstico (benigno o canceroso) de una mujer, todo se toma en consideración para el curso de acción recomendado.
Para el cáncer de endometrio, también conocido como cáncer uterino y más común entre mujeres después de la menopausia, las opciones de tratamiento estándares incluyen terapia hormonal, radioterapia, quimioterapia e histerectomía (extirpación quirúrgica del útero).
Tres de estas opciones (radioterapia, quimioterapia e histerectomía) también se utilizan para tratar el cáncer de cuello uterino.
Los cirujanos realizan la mayoría de las histerectomías mediante un método “abierto”, a través de una extensa incisión abdominal.
Un método abierto para el procedimiento de la histerectomía requiere una incisión de unas 6 a 12 pulgadas. Cuando existe cáncer, el tratamiento convencional siempre ha sido la cirugía abierta mediante una extensa incisión abdominal, para observar y, en caso de ser necesario, extirpar las estructuras relacionadas como el cuello uterino o los ovarios.
Un segundo método para realizar la histerectomía, histerectomía vaginal, implica la extirpación del útero a través de la vagina, sin ninguna incisión externa ni cicatriz posterior. Los cirujanos más a menudo usan este método mínimamente invasivo si la afección de la paciente es benigna (no cancerosa), cuando el útero tiene un tamaño normal y la afección está limitada al útero.
En la histerectomía laparoscópica, el útero se extrae vaginalmente o a través de pequeñas incisiones hechas en el abdomen.
El cirujano puede observar la anatomía objetivo en un monitor de video 2D estándar gracias a una cámara en miniatura, que se inserta en el abdomen a través de pequeñas incisiones.
Un método laparoscópico ofrece a los cirujanos una mejor visualización de las estructuras afectadas que la histerectomía abdominal o la vaginal solas.
Si bien las histerectomías vaginales y laparoscópicas mínimamente invasivas ofrecen posibles ventajas obvias para las pacientes respecto de la histerectomía abdominal abierta (incluidos un riesgo reducido de complicaciones, una hospitalización más breve y una recuperación más rápida), existen desventajas inherentes. Con la histerectomía vaginal, los cirujanos se enfrentan a un espacio de trabajo reducido y no pueden ver los órganos pélvicos.