También llamados leiomiomas, o miomas para abreviar, los fibromas uterinos son tumores musculares en la pared lisa del útero. Puede tener uno o varios. Pueden permanecer del mismo tamaño, crecer lentamente o expandirse rápidamente.
Los fibromas pueden crecer en el revestimiento del útero (fibromas submucosos), dentro de la pared muscular (fibromas intramurales), en el exterior de la pared uterina (fibromas subserosales) o en tallos similares a hongos que se extienden fuera de la pared o hacia la cavidad (fibromas pedunculados).
Aunque son mayormente benignos, estos crecimientos pueden causar síntomas y problemas molestos
Saber que tiene un fibroma en el útero rara vez es motivo de alarma. De acuerdo con la Oficina para la Salud de la Mujer, entre el 20 y el 80 por ciento de todas las mujeres desarrollarán uno o más para cuando cumplan 50 años.
Algunos tumores son más pequeños que una semilla de fruto y es posible que no tenga ningún síntoma. Otros se vuelven tan grandes que el área del vientre se distiende. Independientemente del tamaño, puede experimentar dolor, presión, sangrado abundante y otros síntomas que pueden interrumpir sus actividades diarias.
Afortunadamente, algunos tratamientos pueden ayudar.
Si no experimenta síntomas o problemas incómodos, rara vez se requiere tratamiento. Su médico controlará los fibromas si es necesario. Si tiene dolor, presión o sangrado abundante, su médico puede hablar con usted sobre las opciones para aliviar los síntomas. El tratamiento dependerá de la ubicación y el tamaño de los fibromas, así como de si planea o no quedar embarazada en el futuro.
Los tratamientos incluyen:
Si una mujer tiene problemas para quedar embarazada, los fibromas submucosos podrían ser la causa. Sin embargo, muchas mujeres con fibromas tienen embarazos normales. La probabilidad de necesitar una cesárea para el parto es mayor en mujeres con fibromas. La mayoría de los obstetras son muy conocedores de la mejor manera de cuidar a las mujeres embarazadas con fibromas.