Vascular Interventional Radiology treats complex conditions like cancer and heart disease, as well as enlarged prostates and uterine fibroids. Using advanced imaging, our experts can see inside the human body and provide treatment less invasively and with unmatched precision.
¿Tiene micción frecuente, urgencia para orinar, dificultad para orinar o incapacidad para vaciar completamente la vejiga? Puede tener hiperplasia prostática benigna (Benign Prostatic Hyperplasia, BPH) diagnosticada mediante un examen físico y análisis de laboratorio. Ofrecemos un procedimiento mínimamente invasivo llamado embolización de la arteria prostática (EAP) que bloquea el flujo sanguíneo a áreas específicas de la próstata, lo que reduce la glándula prostática y alivia los síntomas. Este procedimiento es menos doloroso y tiene menos tiempo de recuperación que la cirugía, y no implica los efectos secundarios sexuales de la cirugía invasiva.
Los fibromas uterinos son tumores benignos (no cancerosos) extremadamente frecuentes que crecen en el útero. Según un estudio en el Journal of Obstetrics and Gynecology1, entre el 80 y el 90% de las mujeres afroamericanas y el 70% de las mujeres de raza blanca desarrollarán fibromas uterinos antes de los 50 años. Aunque los fibromas uterinos no son cáncer, pueden causar problemas para algunas mujeres.
Mediante el uso de técnicas de diagnóstico por imágenes avanzadas (ecografías, radiografías, escáner TAC, IRM y otros métodos innovadores), los radiólogos vasculares intervencionistas pueden ver dentro de su cuerpo y tratar enfermedades complejas (incluso enfermedades cardiovasculares y cáncer) de forma menos invasiva y con una precisión sin precedentes.
La EFU es un procedimiento mínimamente invasivo realizado por un radiólogo vascular intervencionista (RVI). El RVI introduce un catéter a través de una pequeña incisión en la muñeca o la ingle. Una vez colocado el catéter, el RVI envía partículas pequeñas a través de él para bloquear los vasos sanguíneos pequeños que suministran sangre a los fibromas. Sin un suministro de sangre, los fibromas uterinos reducen su tamaño. Pueden desaparecer completamente, o pueden reducirse hasta el punto en que usted ya no tenga síntomas.
La EFU suele tardar de una a tres horas. Después del procedimiento, un enfermero vendará la incisión y usted permanecerá en reposo durante, al menos, seis horas. Es posible que deba quedarse durante la noche en el hospital para observación. Durante un máximo de 12 horas después de la EFU, puede que sienta dolor pélvico de moderado a intenso, que puede controlarse con medicación.
Debería poder volver a sus actividades habituales en un plazo de siete a diez días. A medida que se reducen los fibromas, es posible que tenga hemorragias vaginales que pueden durar un par de semanas, pero en algunos casos pueden durar varios meses.
Para obtener más información, visite: La cura para los fibromas: Lo que las mujeres necesitan saber.
La trombosis venosa profunda (TVP) se produce cuando se forma un coágulo sanguíneo en una vena profunda, probablemente en la parte inferior de la pierna, el muslo o la pelvis. A continuación, se enumeran los síntomas de la TVP. Tenga en cuenta que los síntomas se producen donde se formó el coágulo sanguíneo (pierna, brazo, etc.).
Según los Centros para el Control de Enfermedades (Centers for Disease Control, CDC), aproximadamente el 50 por ciento del tiempo, las personas con TVP desarrollan síndrome postrombótico (SPT), que ocurre cuando la TVP provoca daños a largo plazo en las válvulas de las venas. Los síntomas del SPT incluyen dolor, hinchazón, decoloración, descamación de la piel y úlceras. En algunos casos, el SPT puede provocar discapacidad permanente.
Una de las formas más comunes de tratar la TVP es la medicación anticoagulante. Sin embargo, algunas personas no toleran bien estos medicamentos o siguen teniendo síntomas graves de TVP incluso con los anticoagulantes. Si los anticoagulantes son un problema para usted, debe considerar otras opciones de tratamiento.
En ChristianaCare, nuestros radiólogos vasculares intervencionistas cuentan con experiencia en los métodos más recientes para tratar la TVP usando tecnología de radiografías y catéteres (tubos finos y flexibles que se introducen a través de una vena hasta el coágulo sanguíneo). Una vez colocado el catéter, el radiólogo vascular intervencionista puede emplear uno o más de los siguientes métodos para tratar su TVP:
Actualmente ofrecemos tratamientos avanzados para el cáncer de hígado, riñón y pulmón; quimioembolización, radioembolización (SIRT), crioablación, ablación por microondas y electroporación irreversible (cuchilla Nano). Para obtener más información, visite: Cáncer.
Esto puede deberse al agrandamiento de las venas en los ovarios y la pelvis, conocidas como várices. Si la válvula de una vena se daña, puede provocar que la vena se hinche y se vuelva dolorosa; cuando esto ocurre en la pelvis, se denomina síndrome de congestión pélvica.
El radiólogo vascular intervencionista puede realizar un procedimiento a través de un pequeño catéter que se inserta en la vena inguinal. Desde este catéter, se utiliza un tinte para localizar el área que necesita tratamiento y, a continuación, se utilizan partículas de embolización para detener el flujo sanguíneo a la vena afectada y aliviar los síntomas dolorosos.
Para obtener más información, visite: Dolor pélvico crónico (síndrome de congestión pélvica).
Para obtener más información sobre la radiología vascular intervencionista, incluidos datos detallados y videos sobre procedimientos y tratamientos, visite la Sociedad de Radiología Intervencionista (Society of Interventional Radiology).