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Radiología intervencionista vascular

Embolización de la arteria prostática

Una solución mínimamente invasiva para el agrandamiento benigno de la próstata

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Una solución mínimamente invasiva

A menudo, la causa de la hiperplasia prostática benigna (HPB) es el agrandamiento de la próstata. La HPB es el tumor no canceroso más frecuente en los hombres. Durante muchos años, el tratamiento tradicional tuvo efectos secundarios que fueron tan incómodos y embarazosos como los síntomas tratados.

Por fortuna, para aquellos que tienen problemas con los síntomas de una próstata agrandada, las nuevas opciones mínimamente invasivas constituyen una mejora importante. Ofrecen una tasa de éxito mucho mayor y un riesgo mucho menor de efectos secundarios negativos. ChristianaCare se complace en ofrecer la embolización de la arteria prostática (EAP) a los hombres cuyas vidas se ven afectadas por un agrandamiento de la próstata debido a la HPB.

¿Qué es la embolización de la arteria prostática (EAP)?

La EAP es un procedimiento en el que se usa un pequeño catéter para inyectar micropartículas en las arterias prostáticas. Se bloquea el flujo sanguíneo y se reduce el tamaño de la próstata. Es mínimamente invasivo y normalmente se realiza como un procedimiento ambulatorio, que solo requiere anestesia local.

Un hombre mayor que habla con sus hijos adultos en un jardín, primer plano

Si usted se encuentra en esta página, quizás ya sepa que tiene una próstata agrandada debido a la HPB. Pero si no está seguro, conocer los síntomas puede ayudarle a decidir si es hora de hablar con un especialista. Posibles síntomas y efectos de una próstata agrandada:

  • Necesidad imperiosa de orinar.
  • Micción frecuente.
  • Micción intermitente.
  • Alteración del sueño debido a la necesidad frecuente de orinar.
  • Flujo de orina débil.
  • Sensación de vaciado incompleto de la vejiga.
  • Retención urinaria que requiere cateterismo.

Si estos síntomas dañan significativamente la calidad de vida, el médico puede sugerir primero un medicamento oral. Si esto no es eficaz o si los síntomas son graves, el siguiente paso suele ser una resección transuretral de la próstata (TURP, por sus siglas en inglés).

La EAP mejora esta técnica, ya que ofrece a los pacientes estadías más cortas, una recuperación más tranquila y un riesgo mucho menor de incontinencia urinaria y efectos secundarios sexuales.

Nuestros cirujanos usan tecnología avanzada para visualizar y trabajar en la zona afectada. La EAP es mínimamente invasiva y mucho menos dolorosa que la cirugía tradicional. También ofrece un riesgo menor de complicaciones, además de tiempos de recuperación más cortos. Obtenga más información sobre nuestras opciones quirúrgicas mínimamente invasivas.

Al ser un procedimiento mínimamente invasivo, la EAP lleva la comodidad del paciente al siguiente nivel. Alivia los síntomas reales de una próstata agrandada y ofrece beneficios como una alternativa a la cirugía tradicional más invasiva. Esas cirugías abiertas tradicionales suelen requerir hospitalización, anestesia y una recuperación más prolongada. Además, pueden conllevar el riesgo de efectos secundarios, como incontinencia urinaria y disfunción sexual grave.

Por otro lado, la EAP es un procedimiento ambulatorio. Se puede realizar el mismo día, con anestesia local y con un riesgo mucho menor de efectos secundarios. Es increíblemente seguro y eficaz, y la tasa de complicaciones es baja. Cuando se producen complicaciones, la mayoría de estas pueden tratarse fácilmente. Se incluyen las siguientes:

  • Sangrado.
  • Infección.
  • Incapacidad temporal para orinar.
  • Obstrucción de otros vasos sanguíneos fuera de la próstata.

El agrandamiento de la próstata afecta aproximadamente al 70 % de los hombres mayores de 60 años de edad. Debido a los riesgos asociados con la cirugía tradicional, muchos pacientes optan por la EAP como una alternativa menos invasiva. La EAP puede ser adecuada para usted si:

  • Tiene sangre en la orina.
  • Recibe tratamiento para el cáncer de próstata.
  • Toma medicamentos a largo plazo para prevenir coágulos sanguíneos que requieren una intervención urológica frecuente.
  • Tiene una función renal razonable y no es alérgico a los medios de contraste usados en el procedimiento de EAP.
  • No es elegible ni está interesado en una cirugía tradicional.

Un examen exhaustivo con un radiólogo intervencionista puede servir para determinar si usted es un buen candidato para la EAP. Esto incluirá una evaluación de sus antecedentes médicos, una exploración física y una revisión de cualquier imagen relevante para su afección.

Siga leyendo para obtener una descripción detallada del proceso de embolización de la arteria prostática. Suena intrincado, pero para el paciente es muy sencillo y mucho menos invasivo que la cirugía tradicional.

  • La arteriografía se realiza mediante radiografías y medios de contraste especiales para mapear los vasos sanguíneos que alimentan la próstata.
  • Es posible que le inserten un catéter en la uretra y lo coloquen en la vejiga para proporcionar un punto de referencia de la zona circundante. Se realiza bajo anestesia local y no causa molestias.
  • Se inserta un pequeño catéter en la arteria de la muñeca o la ingle. El especialista en diagnóstico por imágenes que realiza el procedimiento guiará el catéter hacia los vasos que suministran sangre a la próstata.
  • Se inyectan partículas diminutas en los vasos sanguíneos para reducir el suministro de sangre a la próstata.
  • A continuación, el radiólogo intervencionista moverá el catéter y repetirá el proceso en el otro lado de la próstata.
  • Durante los primeros días después del procedimiento, la próstata se encogerá y se aliviarán los síntomas.
  • La recuperación suele ser muy tranquila. La mayoría de las personas solo tienen síntomas menores en los primeros días. Estos pueden incluir fiebre baja, cansancio y calambres leves en la pelvis.
  • El médico le indicará qué actividades debe evitar en los días posteriores al procedimiento. La mayoría de los pacientes pueden reanudar la actividad normal al cabo de uno o dos días.
  • Una semana después del procedimiento, usted tendrá una cita de seguimiento. Después de tres meses, realizaremos estudios de imágenes para verificar su avance hacia la recuperación.

Conozca a nuestros proveedores

La EAP en ChristianaCare está a cargo de nuestros radiólogos vasculares intervencionistas certificados. Cuentan con una vasta capacitación y experiencia, y son expertos en el tratamiento de una variedad de afecciones. No se requiere una derivación para el tratamiento de la EAP por HPB.

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