No se avergüence de buscar ayuda: hay tratamientos para los síntomas.
El dolor en la zona pélvica, la vagina y la vulva puede tener muchas causas o ninguna causa aparente. Es posible que sienta molestias en la parte inferior de la espalda y en la zona del abdomen. O puede que solo tenga dolor en la vagina o la vulva, la zona externa de los genitales femeninos. El dolor puede ser sordo o agudo. Si la vulva se ve afectada, puede haber escozor, quemazón y picazón. No importa si el dolor es constante o intermitente, puede tener un profundo efecto sobre la rutina de la mujer, desde elegir su ropa cada mañana hasta cómo pasa el día de trabajo.
Para muchas personas que sufren, sentarse en un escritorio durante un período prolongado es insoportable. El dolor crónico puede afectar sus relaciones, viajes y rutina de ejercicios. El primer paso es hablar sobre su afección con un proveedor de atención médica, quien puede buscar el motivo subyacente. Si no hay una causa discernible para el dolor, todavía hay tratamientos que ayudarán a controlarlo.
Las causas del dolor crónico de pelvis incluyen:
Muchas afecciones tienen síntomas similares, y su médico realizará un examen para descartarlos.
Las pruebas, si son necesarias, pueden incluir análisis de sangre, pruebas de embarazo, análisis de orina y cultivos del cuello uterino y la vagina. También es posible que necesite una ecografía, una tomografía axial computarizada (TC), una IRM y una radiografía.
Según los síntomas, los procedimientos pueden incluir lo siguiente:
Conocida como trastorno del piso pélvico de tono alto, esta afección se produce cuando hay demasiada tensión en los músculos del piso pélvico, que controlan la función de la vejiga y el intestino. Estos músculos deben relajarse para que pueda orinar, defecar o comenzar a tener relaciones sexuales. Cuando estos músculos se contraen, es posible que sientas como si el dolor estuviera en la vejiga o el recto.
Los relajantes musculares pueden ayudar en los brotes agudos. Las inyecciones de esteroides también pueden ayudar con el dolor.
La fisioterapia para mejorar la fuerza del tronco, los estiramientos y los masajes dirigidos, también conocidos como terapia de puntos desencadenantes, son mejores para obtener resultados a largo plazo.
El proveedor de atención médica determinará si el dolor está aislado o si es causado por otra afección. Si la vulva está irritada, el médico buscará una afección de la piel que pueda provocar inflamación, agrietamiento e irritación. Cualquier úlcera sería visible. El tratamiento temprano de los problemas de la piel puede evitar la formación de cicatrices y evitar que la piel se vuelva frágil.
Si tiene dolor en la vagina, puede tener vaginitis. Los tipos frecuentes incluyen vaginitis bacteriana, infecciones por levaduras y tricomoniasis, cada una de las cuales tiene un tratamiento diferente.
También podría tener vulvodinia.
El dolor crónico alrededor de la abertura de la vagina (la vulva) que dura tres meses o más y no tiene una causa identificable se conoce como vulvodinia. El ardor y la irritación pueden dificultar sentarse o tener relaciones sexuales. Puede tener una sensación punzante y picazón. Puede ocurrir en toda la zona o en un solo lugar.
Se desconoce la causa, pero los investigadores están buscando vínculos entre uno o más de los siguientes:
Al igual que con los espasmos musculares pélvicos, la fisioterapia es un tratamiento a largo plazo que puede relajar el tejido y aliviar la tensión muscular. También puede implicar biorretroalimentación y tratamiento con puntos desencadenantes.
Para el alivio a corto plazo, su médico podría sugerirle medicamentos para el dolor nervioso o anestésicos tópicos.
Cualquier persona que experimente dolor puede beneficiarse al hablar con un especialista en salud conductual. Para estar seguro, el tratamiento del dolor genital y pélvico crónico a menudo requiere un enfoque multidisciplinario que incluya ginecólogos, urólogos y fisioterapeutas.