Ver cómo le aplican una vacuna a su hijo no es fácil. Es incluso más difícil si tiene miedo o preocupaciones sobre la seguridad o la necesidad de la vacuna. Millones de padres vacunan a sus hijos cada año sin preocupaciones. Sin embargo, algunos padres han escuchado rumores de que las vacunas pueden causar problemas de salud graves. Entonces, ¿cómo pueden los padres obtener hechos sobre la seguridad de las vacunas?
Las enfermedades infecciosas como la tos ferina, la rubéola, la polio y el sarampión mataron a miles de personas en los Estados Unidos cada año. Eso cambió en el siglo XX con el uso generalizado de vacunas. Hoy en día, la incidencia de estas enfermedades en los Estados Unidos ha disminuido drásticamente, y la tasa de enfermedades infantiles está cerca de un mínimo histórico.
En consecuencia, es posible que se pregunte por qué su hijo necesita una vacuna para una enfermedad que su médico puede que nunca vea. La razón es que solo la viruela se ha erradicado completamente del planeta.
Aunque EE. UU. tiene una baja tasa de enfermedades prevenibles por vacunas, no es el caso en todo el mundo. En 2011, el 90 % de los casos de sarampión en los EE. UU. se asociaron con casos traídos desde otro país, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control, CDC).
Los niños en los EE. UU. que no estén vacunados podrían enfermarse si entran en contacto con viajeros infectados. Una persona que padece una de estas enfermedades en la escuela de su hijo puede transmitirla a aquellos que no están vacunados.
Además, todavía hay enfermedades prevenibles por la vacuna en los Estados Unidos, como la hepatitis A, la enfermedad neumocócica, la enfermedad meningocócica, la varicela, el rotavirus, el HPV e incluso la gripe.
Las vacunas son la mejor manera de prevenir que los niños y la comunidad padezcan 16 enfermedades que pueden provocar síntomas graves e incluso la muerte. En combinación con pruebas de detección regulares, pueden llevar a su hijo hacia un futuro más saludable.
Los bebés reciben la primera dosis de la vacuna contra la hepatitis B al nacer. El virus de la hepatitis B (hepatitis B virus, HBV) es una enfermedad peligrosa del hígado. El virus de la hepatitis B se propaga cuando la sangre, el semen u otros fluidos corporales que contienen el virus ingresan en el cuerpo de una persona no infectada. Una madre con HBV puede transmitírselo al bebé.
¿Por qué vacunar a los bebés al nacer? Los jóvenes con HBV pueden tener problemas hepáticos incurables de por vida y, finalmente, desarrollar cáncer de hígado. Los bebés reciben dos dosis adicionales al primer o segundo mes y entre los 6 y 18 meses de edad.
Es importante vacunar a los niños en sus primeros años porque son muy vulnerables a las enfermedades. Aunque los recién nacidos reciben algunos anticuerpos de sus madres, estos anticuerpos desaparecen en solo unos meses.
Se requieren dosis múltiples para todas las vacunas, excepto una. El pediatra llevará un registro de todas las vacunas necesarias y la edad a la que su hijo debe recibirlas. También puede utilizar este gráfico creado por los CDC.
Para reducir las visitas al pediatra y reforzar el sistema inmunitario de un niño, se combinan algunas vacunas. Por ejemplo, la vacuna MMR protege contra el sarampión, las paperas y la rubéola. La vacuna MMRV también protege contra la varicela.
La DTaP protege contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (tos convulsa). La vacuna PCV-13 se dirige a 13 cepas de neumococo, y la vacuna MCV-4 protege contra cuatro cepas de meningococo.
Los estudios han demostrado que estas combinaciones son tan seguras y eficaces cuando se administran juntas como cuando se administran por separado.
Si va a viajar al extranjero, hable con su pediatra sobre las vacunas de viaje adicionales necesarias para un país en particular.
Las vacunas de hoy en día son seguras, pero su hijo puede experimentar dolor, enrojecimiento e hinchazón en el lugar de la inyección o fiebre de bajo grado. La mayoría de las reacciones desaparecerán en uno o dos días. Llame a su médico si las reacciones persisten o si su hijo tiene una temperatura de 101 °F o más.
Es muy poco frecuente, pero pueden producirse reacciones graves como dificultades para respirar, sibilancias, vómitos e hinchazón de la garganta entre unos minutos y unas horas después de recibir la vacuna. Solicite atención de emergencia si el niño tiene alguno de estos síntomas. Podrían ser un signo de anafilaxia, una reacción potencialmente mortal.
Hasta la fecha, los estudios no han demostrado una relación entre las vacunas y el trastorno del autismo.
Las pruebas y los procedimientos para proteger la salud del niño comienzan poco después del nacimiento, cuando los proveedores de atención médica evalúan el corazón y los pulmones del bebé.
Antes de que el bebé abandone el hospital, se envían unas gotas de sangre al laboratorio para detectar trastornos metabólicos comunes y raros. Los bebés también son examinados para detectar ictericia y, en Christiana Care, se les realiza una detección sistemática de su audición y cardiopatía congénita antes de irse a casa.
Las investigaciones han descubierto que cuanto antes se diagnostique a un niño una afección como hipertiroidismo congénito o pérdida auditiva, mejores serán sus resultados en el futuro.
Su pediatra o médico de cabecera realizará pruebas de detección del desarrollo y la salud durante cada visita. El médico o enfermero le preguntará sobre habilidades como gatear, caminar y sonreír, que se conocen como “hitos”. Los CDC tienen la aplicación móvil Milestone Tracker para ayudarle a controlar cada uno de esos hitos.
Para obtener más información sobre las vacunas y las pruebas de detección, visite:
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Vacunas e inmunizaciones
El proveedor de atención médica de su hijo es su primera fuente de información confiable. Los proveedores de atención médica están obligados por ley a proporcionarle información por escrito sobre los beneficios y riesgos de cada inmunización sugerida para su hijo. Leer este material puede ayudarle a tomar una decisión bien informada.
La mayoría de las vacunas de su hijo se completan entre el nacimiento y los 6 años. Muchas vacunas se administran más de una vez, en diferentes edades y en combinaciones. Esto significa que tendrá que llevar un registro cuidadoso de las vacunas de su hijo. Aunque su proveedor de atención médica también hará un seguimiento, las personas cambian de proveedor de atención médica y se pierden los registros. La persona responsable en última instancia de llevar un registro de las vacunas del niño es usted.
EE. UU. tiene un programa nacional de detección sistemática en recién nacidos para detectar varios trastornos diferentes que pueden tratarse si se detectan a una edad temprana. Si los resultados de la “detección sistemática” son anómalos, significa que es necesario hacer más pruebas para saber si el bebé tiene un trastorno. Se trata de un conjunto básico de 34 detecciones sistemáticas neonatales para todo el país. Sin embargo, las pruebas adicionales realizadas varían entre los estados. Algunos trastornos son más frecuentes en algunos estados, lo que hace que estas pruebas individuales sean más importantes en esos estados.
Se analiza la sangre del bebé para detectar la mayoría de los trastornos. Se realiza un pinchazo en el talón para tomar una muestra de sangre del bebé. Luego, la sangre se envía a un laboratorio estatal para su análisis. El talón del bebé puede tener algo de enrojecimiento en el lugar del pinchazo, y algunos bebés pueden presentar hematomas, pero esto suele desaparece en unos días.